Depresión postparto

¿Sabías que muchas de las depresiones postparto son síndromes de estrés postraumático debido al maltrato o intervenciones innecesarias durante el parto?

Dice Ina May que sólo hace falta una mala mirada para que un parto se detenga. Así que imagínate cuando te dicen “no te muevas”, “no sabes pujar” o “deja de gritar”

La violencia obstétrica es una realidad en la mayoría de partos del mundo occidental, si nos centramos en la sanidad pública (y también privada) de Latinoamérica las cifras se disparan.

Rasurar, canalizar, inducir sin informar, un enema, impedir el movimiento o no propiciar un ambiente íntimo es violencia. Separar al bebé de la madre, no facilitar la lactancia o dar un biberón sin consentimiento es violencia hacia el bebé, algo así como darle la bienvenida a este mundo con un “tú no te mereces amor ni cariño”.

Es una tristeza que la medicina actual, los protocolos y la educación de especialistas tenga como principio vernos como un “trozo de carne” sin emociones o sentimientos. El sistema heroico y mecanicista va desensibilizando a los sanitarios, incluso a los que llegan por vocación.

¡Hay que hacer algo!

Empezando por informarnos y exigir nuestros derechos. Hay iniciativas, recomendaciones y declaraciones por parte de organismos mundiales que establecen qué y cómo es un parto respetado, donde la mujer es el centro de la experiencia y tiene todo el derecho a decidir. Es necesario que todos tengamos este conocimiento para que el cambio sea posible.

Aunque parezca exagerado, la mayoría de nosotras sufrimos violencia durante el parto. Yo he sido una de ellas  ¿Y tú?

¿Quieres contarnos tu experiencia?

Leyéndonos nos ayudamos

Débora Lugo

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