LOS MIL ROLES DE LA MUJER DE HOY


Alguna vez te has preguntado antes de dormir ¿por qué estoy tan cansada? Puede que sepas la respuesta, la intuyas o simplemente nunca te la hayas contestado.
 
Yo creo que la respuesta es muy fácil. Te has parado a pensar todas las funciones que desempañas en el día: ama de casa, trabajadora, chofer, administradora, amiga, hija, madre, hermana, deportista, cocinera, compradora, técnica en electrodomésticos, chica de los recados, experta en resolución de problemas…y todo aquello que no haya mencionado.
 
Históricamente, hasta no hace mucho tiempo, la mujer cumplía un rol específico: se encargaba del bienestar de la familia, la casa y su administración. Con la emancipación de la mujer lo único que hemos hecho fue aumentar nuestras funciones. Creo que ha sido un gran avance, pero al formar parte de este desarrollo hemos adquirido más responsabilidades sin dejar ninguna por el camino. Traduce eso en horas, por ejemplo, las 24 que tiene un día: antes eran utilizadas para cuidar a la familia, tener todas las áreas del hogar en orden, compartir tiempo con otras mujeres…. Ahora, a esas mismas 24 horas añádele: tu trabajo, los desplazamientos, el tiempo que tienes que dedicarte para que tu aspecto sea “socialmente aceptable”, además debes cumplir la perfección en tu papel como mujer, madre, pareja, hija, hermana, amiga… ¡Qué agotador!
 
Este exceso de carga genera, en muchos casos, malestar y nerviosismo porque no abordamos todo. Llega la noche y nos sentimos insatisfechas: algo ha quedado sin hacer o hemos cancelado una cita o no hemos dedicado el tiempo necesario a nuestros seres queridos o… Y aun encima estamos de mal humor y nos sentimos culpables. Pregúntate si este sentimiento no tiene que ver con lo “fatigada” que estás.
 
En la sociedad actual se premia la exigencia, la perfección, la brillantez, la belleza… No hay espacio para la imperfección, la flexibilidad, la tolerancia, la elasticidad…. ¿A caso estos adjetivos no son más bellos y femeninos? Disfruta de tu esencia…
 

“…somos perfectamente imperfectas”

 

Para poner en práctica todos estos conceptos:

  • Haz una lista de todas las tareas que desempeñas durente la semana: como madre, ama de casa, cocinera, chofer, empleada, jefe o trabajadora, esposa, amiga, hija, hermana, vecina…
  • Divide una hoja de papel en dos partes, en el lado izquierdo escribe las funciones que te gustan, te llenan y te hacen sentir bien. En el derecho, todas aquellas que te generan malestar, estrés o cansancio.

 
El primer paso es averiguar qué nos entusiasma y qué nos desagrada. A partir de aquí podríamos empezar a planear cómo potenciar la parte izquierda y mermar la derecha.

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